Si buscas trabajo y de repente encuentras la oportunidad de tus sueños, hay muchas posibilidades de que lleguen los miedos y las dudas. El miedo inherente que todos tenemos es el miedo a no encajar, a no sentirnos parte de un todo que funciona y que nos deja de lado. Los comienzos suelen ser bonitos pero eso no significa que sean fáciles. Cuando eres pequeño te acostumbras a estar conociendo gente en todo momento y tardas apenas diez minutos en hacer amigos nuevos. Por desgracia, cuando creces se vuelve todo un poco más complicado.
Con el paso del tiempo, he confirmado que las dotes comunicativas de las personas dejan bastante que desear y que las conversaciones que requieren implicarnos más emocionalmente tratamos de evitarlas. Un primer contacto con alguien determina más de lo que nosotros mismos quisiéramos y para poner un poco de remedio a todo esto surge el Team Building. Esta dinámica acerca a todos y les convierte en iguales. No importan los puestos de trabajo que ocupe cada uno, ni tan siquiera si acaban de llegar o no.
Lo importante es llevar la mente abierta y permitirnos conocer a los demás y descubrirnos a nosotros mismos. Dar a todos la importancia que merecen fuera de sus rangos laborales y de todo lo que tiene que ver con el trabajo. Quizás en tu ambiente laboral no haya personas afines a ti, pero lo más probable es que gracias a una actividad fuera de la empresa consigas conocer algo de tus compañeros que pueda sorprenderte.
Se suele decir que no hay que mezclar la vida personal con el trabajo, pero yo no estoy de acuerdo del todo. Tener amigos en el trabajo lo facilita todo y en ocasiones te proporciona el impulso que necesitas para poder sobrevivir a la semana. Otra cosa diferente es dejar que afecten los problemas personales a la oficina y creen un ambiente de mal rollo. Eso pasaba también en el colegio, que, si tenías problemas por las tardes, te los llevabas al día siguiente y se generaban muchas tensiones.
De la misma manera que puedes hacer una buena amistad en el trabajo, quizás puedas encontrar el amor. A fin de cuentas, se supone que la gente que trabaja de lo mismo tiene más cosas en común y las afinidades al final solo hacen que acercar a la gente. Las actividades de Team Building generan ese buen ambiente en el que se desarrolla la complicidad. Permite las conversaciones más discernidas y sobre todas las cosas que promuevan la unidad.
No hay nada como rodearse de gente que te entiende y de amigos en el trabajo, ya que, además de hacer más llevadero todo, va a servir para que la productividad aumente. Si las cosas dentro del equipo funcionan correctamente, los resultados van a ser todavía mejores.
Por eso a veces hay que volver a sentirse en el cole y dejar que las actividades de Teambuilding nos sorprendan. Cabe destacar que tener la mente abierta es fundamental para que esto tenga buenas consecuencias.